Después de su estancia en Río, Bacardit viaja a Bahía, donde se establecerá por unos meses en una pequeña aldea cerca del lago Caticanga. Será precisamente en este lago donde pasará gratos momentos junto a los niños de la aldea.
Aprende las técnicas artesanas de las mujeres de la aldea y vive de ello vendiendo sus trabajos en los mercados de poblaciones cercanas. Finalmente, decide viajar a Chile.
Al llegar a Santiago, vuelve a disponer de material y espacio para pintar. Los cuadros de la serie Caticanga corresponden a los primeros trabajos realizados en Chile y en ellos se plasman los recuerdos y vivencias de esos días.
En ellos se puede distinguir claramente el paisaje del lugar. El agua del lago y la vegetación con personas y animales en movimiento conforman la temática central de estas obras.
La serie fue expuesta en la galería Buchi de Santiago de Chile.
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