En 1987 Bacardit viaja a Berlín, donde residirá durante un año. Será en esa ciudad donde su paleta recuperará el color, aunque seguirá utilizando los mismos temas que en la etapa anterior: los cambios inesperados de la vida y la presencia de la muerte. Para ello, se servirá de los signos de la guerra visibles en los edificios de la ciudad dividida por el Muro.
Llega a la ciudad sin conocer el idioma, lo que le permitirá una cierta introspección y toma de distancia respecto al entorno que habitará. Es por ello que la exposición en la galería Vendemmia se titulará "Éste, mi silencio". Dado que su situación económica no le permite adquirir otro material, sigue utilizando papel y cartón como base para sus pinturas.
Habita y trabaja en un apartamento prestado en Kreuszberg, una zona del Berlín Occidental habitada principalmente por inmigrantes turcos y por jóvenes de movimientos alternativos.
El apartamento cuenta con una amplia sala que le permitirá trabajar con obras de tamaño grande. Las paredes de esta sala se convertirán en su caballete, donde pegará con cinta adhesiva los papels y cartones sobre los que pintará.
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